lunes, 1 de septiembre de 2014

Territorios de resistencia

Alumno: Marcelo Bravo
Cátedra: Redacción II
Trabajo Final - Parte III
Docentes: Cristian Bobadilla - David Capilla

Para llegar a “La Vuelta” hay que tomar por el Boulevard Pellegrini yendo para el este de ciudad, apenas se pasa el puente sobre la laguna hay que doblar a la derecha. Por las mismas calles uno puede ingresar a una zona exclusiva de clubes náuticos o bien dar un par de vueltas y tomar un camino que de a poco se va adentrando en uno de los paisajes más bellos de la zona.
Me encuentro con Guille cerca del “Puente Colgante”, símbolo de la ciudad. Caminamos por el puente Oroño, a la derecha se ve el río crecido, lo que queda de un parador en una de las playas de la Sétubal y más acá, cercano por donde vamos, un importante club náutico.
La Vuelta del Paraguayo es una barrio que no está alejado del centro. Sin embargo, los reclamos históricos siguen sin escucharse. Los vecinos y vecinas viven allí hace más de cien años. Es un barrio muy chico, de unas 400 personas, está rodeado por el río. Sus pobladores son: pescadores, empleados municipales, empleadas domésticas y algunos oficios más podemos encontrar.
Los servicios en su gran mayoría no se encuentran regularizados, sólo algunos vecinos cuentan con el servicio de energía eléctrica, para el agua potable las conexiones son realizadas por los propios habitantes a un caño de agua potable lo largo de todo el terreno. En verano por ejemplo no son atendidos los reclamos cuando la presión de agua baja y los cortes de luz son más frecuentes. Dentro del barrio podemos encontrar algunas instituciones y espacios comunes: la capilla, donde se prepara la copa de leche y una vianda nocturna, además, es el espacio donde muchos vecinos amarran sus canoas sobre el riacho que da a la ruta 168; la escuela primaria Mateo Booz; un destacamento policial que la mayor parte del tiempo permanece cerrado; el club de la agrupación Vuelta del Paraguayo; una plaza y la Casa de los Talleres, espacio generado por Proyecto Revuelta. El centro de salud, dispensario o la forma que tenga es una de las demandas más antiguas de los habitantes del barrio.
 
Activida día del niño - Casa de los Talleres - Setiembre 2013
Mi territorio es donde ponga mis pies.
En el camino seguimos conversando y me cuenta como llega a La Vuelta del Paraguayo:
- Conocí “la vuelta” hace como 8 años, yo era estudiante de Sociología de la Facultad de Humanidades. Siempre me interesó la militancia. Primero en la escuela secundaria y cuando empecé la “facu” estaba como en la búsqueda de mi espacio de militancia. 
Un camino de tierra alteado es la única manera de entrar, cuando llueve o empieza a crecer el río y el camino se hace intransitable los habitantes del barrio deben cruzar en canoa hasta la vieja traza de la ruta 168. Del otro lado de la ruta se encuentra la ciudad universitaria de la Universidad Nacional del Litoral.
En el año 2005 un grupo de estudiantes armaron un proyecto para “Cruzar la ruta” en busca de un contacto directo con las personas, pensaban que la universidad sólo los preparaba para una realidad que estaba alejada de lo que realmente se podían encontrar.
El primer vínculo lo armaron a partir de la capilla del barrio y así comenzaron a realizar talleres para chicos y chicas principalmente los sábados. De a poco el grupo se fue ampliando y el contacto con las vecinas, las chicas y los chicos se fue haciendo más fuerte.
Los talleres los días sábado son espacios que generan muchos jóvenes en distintos barrios de la ciudad: San Lorenzo, Chalet, Santa Rosa de Lima, Cabal, La Lomas y El Pozo, entre tantos otros.
Cada llegada es particular pero cuando te pones a conversar con personas de diferentes colectivos territoriales existen puntos en común: Militar en territorio, ir al barrio, trabajar para el cambio social. Lo que comenzó cruzando la ruta se convirtió en un proyecto político. Proyecto Revuelta parte de que “vivimos en una sociedad y una ciudad fragmentadas”, y considera necesario fortalecer los fragmentos olvidados desde el territorio, el lugar de significación y creación de nuevas relaciones sociales.
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La problemática de la inundación es una constante en el barrio. Una vez al año, o más, el río crece y el camino principal se cubre de agua. Si la crecida es poca solo basta con preparar algunas defensas en las casas, pero si el río crece y crece, muchas familias deben trasladarse, llevándose lo que puedan y dejando mucho en cada vivienda.
Empezamos a entrar en el barrio, el camino tiene todavía las señales de la crecida. A la derecha se ven apiladas bolsas de arena, una al lado de la otra, fueron poniéndose de una manera tal que ayude a que el camino no se desmorone. Sin embargo, el río llegó hasta los 5 metros con 52 centímetros, tapó el camino y muchas familias debieron evacuarse, otras se quedaron a cuidar sus viviendas.
Desde siempre, con las diferentes crecidas, las familias afectadas de La vuelta del Paraguayo se cruzaban sobre los terrenos de la ex traza de la ruta 168. Allí armaban sus ranchos, se organizaban y esperaban que el río baje para volver a sus hogares. La ayuda del estado municipal era contada, un poco de chapas y tirantes, más un servicio médico que se hacía presente para realizar algunos controles. No mucho más. Había que resolver la crecida con lo que se podía.
Desde hace unos años la intervención del estado municipal en las crecidas se hizo másvisible. La ciudad cuenta con un protocolo de emergencia para crecidas e inundaciones y el desde el concejo se declara la emergencia hídrica que le permite a la gestión municipal destinar fondos a través de contrataciones directas para la ayuda de los vecinos y vecinas afectadas.
Con todo estos recursos que se pueden destinar en la emergencia se deberían mejorar las condiciones de evacuación de los habitantes de la costa santafesina. Nada de ello ocurrió en la última crecida. Aunque el gobierno municipal plantee lo contrario.
GSI en la puerta de entrada al predio de evacuados
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En la última semana de junio con cuatro metros y 45 centímetros fue evacuado el primer grupo familiar, comenzaba a proyectarse un refugio organizado por el municipio en las mismas tierras donde siempre los vecinos se trasladan. Veinte días después el río estaba un metro más arriba y la situación de las familias en el barrio se complica aún más.
Las casillas de madera que los empleados municipales construyeron no alcanzaban y desde diferentes distritos venían más familias trasladadas. A la tira de “módulos habitacionales” se le realizó un tejido perimetral. La Guardia deSeguridad Institucional – GSI - custodiaba el ingreso y el egreso, y quién quería entrar a dar una mano, primero, debía pasar por el visto bueno del jefe de distrito.
En esos primero días de hacinamiento generado por el propio estado municipal comenzaron a sentirse otros reclamos, por parte de los vecinos y de los integrantes de Proyecto Revuelta. Las denuncias contra el gueto armado por el municipio son muchas: la cantidad de baños no alcanzaba para todos, faltaba agua caliente para bañarse o cocinar, malos tratos hacia los familiares que iban a visitar a los evacuados y amenazas sufridas por los integrantes de organizaciones que iban a acercar una donación o proponer un espacio de juegos para los más chicos.
Pero lo más preocupante y, lo que tiene un telón de fondo, y los habitantes de La Vuelta saben que puede pasar, es el interés de una relocalización del barrio. “Conversamos con la gente para hablar no solo acerca de la emergencia, sino de cómo a futuro vamos buscando soluciones más definitivas” dijo el intendente de la ciudad. Era una mañana muy fría, de las más frías del corto invierno. No había medios de comunicación, sólo la prensa institucional que se encargó de presentar una entrevista totalmente armada como un acercamiento de una persona sin escrúpulos conmovida por la situación.
Es que el interés por las tierras no es nuevo. Actualmente las familias que habitan La vuelta del Paraguayo, a través de una presentación de Proyecto Revuelta se encuentran en juicio por la tenencia de las tierras. ¿A quiénes enfrentan? A una serie de agentes inmobiliarios que les interesan los terrenos habitados por familias hace casi cien años.
Llegamos a La casa de los Talleres, si bien el río bajó, el agua todavía no escurrió del todo. Nos tenemos que quedar sobre el camino. En el trayecto saludamos a muchos vecinos. Guille me cuenta que “las tierras en las que viven están adquiriendo un alto valor económico. Son grandes intereses inmobiliarios debido al valor turístico y estratégico del lugar". 
Casa de los Talleres - Agosto de 2014
 No me han de sacar del pago donde nací
peleando a la corriente he de vivir.
Yo nací acá, ahora hace siete años que estoy viviendo en La vía Muerta” me dice Agustina de 28 años, cuya familia vive desde siempre en La vuelta del Paraguayo. “Estábamos levantando la casa con mi marido pero tuvimos que pararla por la inundación” agrega. Agustina y su compañero planean venirse para la zona del barrio donde vive casi toda su familia. Los Schutt es una familia de pescadores y tienen construidas sus viviendas sobre pilotes de tierra que ayudan a demorar el ingreso del agua. Viven sobre el final de camino y siempre utilizan el cruce en canoa para salir y entrar en el barrio.
Graciela, otra vecina, que vive sobre el final del barrio, me cuenta que para ella es más cómodo y fácil cruzar el riacho para ir hasta la parada del colectivo. Ella y su compañero se quedaron durante los casi treinta días que el agua estuvo en el barrio. Sus hijos se fueron a la casa de un familiar. Cuando el agua llegó hasta la puerta de la casa, iban y venía hasta la zona del predio pero no se quedaban a dormir.
María se tuvo que trasladar a los módulos, “Yo me crucé ya casi a lo último, porque tenía tierra donde quedarme. Pero se me cayó el más chiquito al agua y entonces tuve que salir”. “Me quedé porque podía estar bien en mi casa. Cuando me crucé a pedir el módulo me dijeron ´jodete, vos te querías quedar´”.
Las familias eligen quedarse en el barrio todo el tiempo que sea posible porque la vida en los “módulos habitacionales” no es sencilla. Modifica todo el que hacer cotidiano. Quienes eligen quedarse en el barrio y resistir la crecida en sus viviendas, acuerdan que “la tranquilidad con la que vivimos cambia”. “Los módulos son muy chicos y nosotros no estamos acostumbrados a vivir amontonados” agrega María.
Cuando el agua sube, la dinámica del barrio cambia. Los más chicos y los adultos con problemas de salud son los que tienen prioridad para ser evacuados. Mientras se puedan quedar, las familias eligen quedarse. No por caprichos, sino porque es parte de su vida cotidiana, el convivir con el río. Las mejoras que se piden al municipio son para que en los momentos de crecidas el vivir sea más humano.
Desde hace algunos años se empezó a hablar en Santa Fe sobre “el modelo de ciudad”. Conocimos de planes urbanos y conocimos de desalojos y relocalizaciones. “Resistimos al modelo de ciudad que nos quieren imponer" dicen desde distintas organizaciones sociales que trabajan en los territorios. Los vecinos y vecinas de los barrios como Playa Norte, Bajo Judiciales, General Paz, Los quinchitos, Santa Rosa, Villa Oculta, Cabal, Chalet, San Lorenzo y tantos otros merecen ser escuchados.
Las personas que sienten y viven en La Vuelta del Paraguayo piden el alteo del camino principal y secundarios, para garantizar la transitabilidad, el alteo de terrenos de viviendas ubicadas en las cotas más bajas, la limpieza de alcantarillas, la regularización inmediata de los servicios públicos básicos y el acondicionamiento y mantenimiento del alumbrado público. Nada más y nada menos.

Marcelo Bravo - 31 de Agosto de 2014

Fundamentación Trabajo Final

Conocemos al mundo a medida que lo ponemos en palabras nos ayuda a pensar Albert Chillon. También entendemos que nos ponemos a recorrer el mundo según nuestros intereses. En este caso nos metemos de lleno en una historia de un barrio que trata de resistir un intento de desalojo por parte del estado municipal. Las medidas que no se toman en favor de los vecinos refuerza esa idea.
Es una temática que fue apareciendo en distintos trabajos prácticos en el cursado de Redacción I y II. El intento desde la profesión de ir al territorio y retomar lo que sucede nos lleva a pensar en este trabajo final. Podemos pensarlo en términos de Ochs como de “tenor documental: veracidad y alta verificabilidad. Crónica, reportaje, documental, informativa”.
El proceso de la escritura del texto final comenzó un tiempo antes, con el seguimiento de la crecida desde la propia práctica profesional a través del programa de radio que llevamos adelante en Santa Fe con un grupo de compañeros. Recuperar esas entrevistas y programar otras que nos permitan profundizar en el tema. Así, como la visita al barrio La Vuelta del Paraguayo y conversar con las vecinas.
El recorrido que nos lleva a escribir el texto final se pueden enmarcar en el Nuevo periodismo. “Los dos requisitos de este tipo de texto es que combinen lo mejor de la literatura (la belleza formal) con lo mejor del periodismo (la investigación)” en palabras del texto trabajado en clases.
La descripción de los paisajes y situaciones, más los testimonios y la lectura del material que se publicó en los diferentes medios enriquecen el trabajo de escritura y dejan en el texto final la veracidad de los sucesos.
Lo que el texto final busca, en palabras de Martinez, es “que el lector identifique los destinos ajenos con su propio destino. Que se diga: a mí también puede pasarme esto”. Es un escrito sobre un conflicto puntual pero que siempre busca relacionarlo con el modelo de ciudad que se viene construyendo.
La escritura no es un fuerte que tengo dentro de la profesión pero me permitió durante estos dos cuatrimestre de cursado poner práctica lo que dice Martínez sobre si “un periodista verdadero debe preguntarse si se puede hacer y, luego, si conviene o no hacerlo”.
“Si bien toda ficción es una reelaboración de algo real, en el caso de las ficciones verdaderas el gesto de apropiación de la realidad es más evidente y su interdependencia con el imaginario de la comunidad dentro de la cual el texto se produce y con el momento en el cual se produce es, también, mucho más clara. Esa actitud puede no ser deliberada, pero sin duda es inequívoca” Tomás Eloy Martínez.

Los entretelones de la crecida

Las noticias sobre la crecida del río Paraná empezaron a circular a principios del mes de junio, cuando el Instituto Nacional del Agua (INA) anunció que en la ciudad de Santa Fe superaría el nivel de evacuación. Algunos días después de declarada la “emergencia hídrica” el INA comenzó a corregir progresivamente su pronóstico con alturas del río muy inferiores a las pronosticadas en principio. 

En un comunicado de prensa Proyecto Revuelta declara “Con la declaración de emergencia, la Vuelta del Paraguayo nuevamente deja el olvido y se torna visible para la sociedad santafesina, el barrio vuelve al centro en el discurso de los gobernantes que se enorgullecen proclamando su preocupación y ocupación ante la situación que se vive en una de las zonas más bajas de la ciudad”.
Le piden prestadas las palabras al Subcomandante Marcos en eso de “Lo que duele es el olvido”. La ayuda siempre llega en los momentos de crisis y llega con los grabadores y las cámaras. El grito se produce en cada instantes “queremos vivir dignamente en el territorio donde producimos nuestra vida, nuestra identidad y nuestra historia” continua el comunicado fechado en 26 de junio.
“Si bien toda ficción es una reelaboración de algo real, en el caso de las ficciones verdaderas el gesto de apropiación de la realidad es más evidente y su interdependencia con el imaginario de la comunidad dentro de la cual el texto se produce y con el momento en el cual se produce es, también, mucho más clara. Esa actitud puede no ser deliberada, pero sin duda es inequívoca” Tomás Eloy Martínez.

El accionar de la patota municipal

Uno de los momentos más tensos se dio la noche en que desde “La Revuelta”, como se la conoce en el barrio, organizó un guiso comunitario para tratar de llevar algo caliente al centenar de evacuados que ya copaba el predio. Algunos días después, se volvieron a generar cruces entre la militancia de Revuelta y la guardia municipal del predio, esta vez acompañada por la policía provincial. 

 No era la primera vez que la GSI tiene este tipo de comportamientos. Tanto Montenote, Secretario a cargo del la guardia, como Martínez, encargado de la fuerza en la calle, tienen denuncias realizadas por amenazas e intentos de sobornos en los barrios Playa Norte, Bajo Judiciales, Los Quinchitos, también, en el acampe realizado por asambleístas en el Parque Alberdi.

Recursos: Entrevistas, Partes de Prensa, Recortes de medios





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Denuncian que detrás de la preocupación por la inundación " se ocultan intereses inmobiliarios"

Para los habitantes del barrio La vuelta del Paraguayo, las tierras en las que viven están adquiriendo un alto valor económico "producto de grandes intereses inmobiliarios debido al valor turístico y estratégico del lugar", y es por eso que, dicen, "buscan corrernos de un lugar en el que molestamos al desarrollo del capital, intentado convencernos de que allí no se puede vivir"

"El Gobierno intenta instalar en la opinión pública el hecho de que nosotros, las personas de La Vuelta del Paraguayo, debemos ser trasladados a un sitio no inundable, sin dar lugar ni siquiera a pensar otra alternativa a la inundación, alternativas como las que están frente a nuestros ojos: cuando se decidió establecer el Barrio El Pozo, construir el Megamercado Wal Mart, la Ciudad Universitaria y el Conicet.", dicen.

En un comunicado distribuido hoy a la prensa, los vecinos y vecinas de La Vuelta del Paraguayo conjuntamente con integrantes del Proyecto Revuelta, señalan que "no es inocente la (pre)ocupación del gobierno cuando el agua sube, ni es inocente tampoco su estrategia aterrorizadora que oculta sus intereses sobre estas tierras. Nos quieren cansar con la humillación de ser constantemente pisoteados"

En la nota, señalan otros ejemplos de resistencia "al modelo de ciudad que nos quieren imponer" y mencionan "barrios que no quieren ser relocalizados como Playa Norte, Bajo Judiciales y General Paz; y la asamblea de parque Alberdi, que se niega a ceder los bienes públicos a privados" entre otros.

Los vecinos, que se manifiestan cansados de "palitivos coyunturales", exigen obras como el alteo del camino principal y secundarios, para garantizar la transitabilidad, el alteo de terrenos de viviendas ubicadas en las cotas más bajas, la limpieza de alcantarillas, la regularización inmediata de los servicios públicos básicos y el acondicionamiento y mantenimiento del alumbrado público.

Vecinas y vecinos autoconvocados de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta.

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Santa Fe, 14 de julio de 2014.

Ensayo general para la farsa actual…

El “Plan de Contingencia ante Emergencias Hídricas” de la ciudad es una farsa.

Como dato introductorio, cabe mencionar que nuestro barrio, la Vuelta del Paraguayo, uno de los barrios más bajos de la ciudad, no está incluido en el mismo. Y a su vez, cuando el río llega efectivamente a lo que figura como punto de activación del “Protocolo Uno”, en la Vuelta del Paraguayo la mitad de las familias que lo habitan ya tienen el agua por las rodillas. Pero eso no es todo. En estos días, hemos corroborado en carne propia que los planes extensos escritos con palabras lindas de poco sirven si no se aplican cuando el agua sube. Y es allí cuando se convierten en pura farsa.

Desde la declaración de la emergencia hídrica, la intervención municipal ha sido –siendo generosos- precaria.

Ni bien declarada la emergencia se comenzó un alteo del camino principal del barrio, consistente en la descarga de material, compuesto por una mezcla de tierra, escombros y basura sobre algunos sectores del camino sin ningún tipo de inspección por personal idóneo; un alteo de las defensas con tierra suelta que el agua se iba llevando a medida que crecía su nivel; y la construcción de algunos módulos del otro lado del riacho, los mismos del año pasado,

los mismos cubículos de madera terciada de 2x3 que dan en llamar “módulos habitacionales”, que de habitables tienen poco. A pesar de los pronósticos que volvían a crecer, a pesar del reclamo de los vecinos por bolsas de arena para la defensa y sus casas, hasta el viernes 11 de julio, eso fue todo.


El viernes 11 de julio ya se observaba que el agua venía con velocidad desde hace unos días. Recién en ese momento se vio una presencia del municipio. Una presencia consistente en decenas de trabajadores que por horas no podían hacer más que tomar mate, porque no llegaban materiales ni máquinas; un bombeo en las zonas críticas en horario de trabajo municipal (de 8 a 16 hs); un alteo del camino en la zona frente a la plaza.

“Ya no podemos hacer más nada”, comentó un empleado municipal a un vecino que se había cansado de insistir por teléfono al municipio desde hace semanas para que fueran a levantar la defensa. El empleado tenía razón, en ese momento, con el agua llegando a los 5,15 metros de altura ya no se podía hacer más nada.

Los reclamos de obras para la Vuelta del Paraguayo ya han cruzado generaciones. Desde la última inundación hasta hoy ha pasado ya casi un año. Desde la declaración de la emergencia hídrica hasta hoy ha pasado ya más de un mes. El gobierno municipal decidió no hacer obras preventivas hasta el día en que “ya no se podía hacer más nada”.

Durante el fin de semana la defensa colapsó y la situación empeoró drásticamente. Hoy, lunes 14 de julio, para las 11 de la mañana cuando arribaron los encargados de la emergencia a la zona de los módulos municipales, quince familias se anotaban para acceder a un módulo porque tenían el agua en las puertas –o ya dentro- de sus hogares. Los módulos no estaban.

-“Ustedes esperaron hasta último momento”, acusaba el funcionario público. Sí, claro que resistieron cuanto pudieron en sus hogares antes de dejar todo e irse, y de irse encima a unas cajas de madera húmedas, frías, nefastas.

-“Dennos los materiales y nosotros nos hacemos los ranchos”, proponía un vecino. -“Si te viene a sacar gendarmería, yo no me hago cargo”, “Eso está fuera de protocolo”, contestaba el mismo funcionario.

Los planes bien redactados escritos por los mejores asesores técnicos y premiados internacionalmente, de poco –o nada- sirven si cuando llega el agua no solucionan la situación de aquellas familias que ven amenazadas sus pertenencias y su integridad.

Hoy las casas tienen agua y estas familias tal vez deban dormir a la intemperie esperando un lugar de evacuación, en una noche de julio donde es probable que llueva.

Si los poderosos pudieran ver el bosque, tal vez no deberíamos lidiar con estas situaciones cada vez que el río crece.

Cuando el presente huele a viejo
(o de la repetida malversación de la emergencia hídrica)

“porque morir no duele, lo que duele es el olvido”
Subcomandante Marcos.

Lo que duele es el olvido, es el cinismo, es la injusticia, es la mentira.
El gobierno de la ciudad de Santa Fe nos miente; nos miente por acción, nos miente por omisión, y poco le interesa lo que ponga en juego con sus mentiras. Otra vez crece el agua, otra vez la farsa. La historia se repite…
A principios de este mes de junio el Instituto Nacional del Agua (INA) -al igual que hace un año- anunció una gran crecida del río Paraná que en la ciudad de Santa Fe superaría el nivel de evacuación. A las pocas horas de realizado el pronóstico, el gobierno municipal -al igual que hace un año- declaró la emergencia hídrica en la ciudad habilitando la utilización de recursos del Estado para la situación de emergencia mediante “contrataciones directas” (es decir, evadiendo licitaciones). A días de declarada la emergencia, el INA -al igual que hace un año- comenzó a corregir progresivamente su pronóstico prediciendo alturas del río muy inferiores a las presagiadas en principio.


Cabe entonces preguntarnos ¿qué intereses se esconden detrás de las declaraciones de emergencia hídrica?, ¿cuál es la utilización política que de ella se hace? Permítasenos intuir que la habilitación de la chequera pública libre de intermediarios ha de ser buen motivo. Permítasenos sospechar también, que instalar un discurso de vulnerabilidad ambiental en una zona periférica ubicada en el centro del interés turístico e inmobiliario de la ciudad no ha de ser casual. Lo que traspasa la emergencia es que dichas declaraciones apresuradas comprometen material y emotivamente a centenares de familias que ven amenazada toda una vida de trabajo y esfuerzo para conseguir lo poco –o mucho- que tienen, ¿cuál es el límite de la malversación de los recursos del Estado?
Con la declaración de emergencia, la Vuelta del Paraguayo nuevamente deja el olvido y se torna visible para la sociedad santafesina, el barrio vuelve al centro en el discurso de los gobernantes que se enorgullecen proclamando su preocupación y ocupación ante la situación que se vive en una de las zonas más bajas de la ciudad. Lamentamos que de todo lo que el gobierno dice, a esta altura ya poco creamos: no es inocente la (pre)ocupación del gobierno cuando el agua sube, ni es inocente tampoco su estrategia aterrorizadora que oculta sus intereses sobre estas tierras.
Lo que duele es el olvido, dice Marcos… y es que de paliativas coyunturales en los momentos de crisis conocemos ya demasiado; y es que estamos ya cansados de gritar a oídos sordos que queremos vivir dignamente en el territorio donde producimos nuestra vida, nuestra identidad y nuestra historia.
Los discursos y planteos desde los representantes del gobierno municipal nos resultan un puñado de excusas para encubrir y justificar sus políticas a favor de un modelo de ciudad que nos excluye. Detrás del olvido se esconde la desidia, que pretende corrernos de un lugar en el que molestamos al desarrollo del capital, intentado convencernos de que allí no se puede vivir.
Pero el gobierno municipal no está ausente. Por acción u omisión el gobierno actúa constantemente en pos de la construcción de una ciudad en la que los pocos que tienen mucho vivan bien y acrecienten sus fortunas, y los muchos que tienen poco vivan como puedan y en lugares invisibilizados donde no molesten.
El gobierno municipal decide un modelo de ciudad donde haya lugar para la Ciudad Puerto, la Peatonal Norte, las cocheras del Parque Alberdi, los boliches de la costa, los edificios estrafalarios, el olor a podrido, las cloacas rebalsadas, los barrios relocalizados y los marginales escondidos.
Nos enfrentamos ante un enemigo grande que pretende construir grandes muros que nos separen de su ciudad privilegiada. Grande será, entonces, la dimensión de la lucha, para destruir los muros que las miserias de la urbanización pretenden construir en los territorios en resistencia; alto se agitarán nuestros puños hasta que los olvidados de los poderosos construyamos el mundo que soñamos. El gobierno municipal decide cada día por el orden del capital a costa de la vida y nosotros decidimos que la vida digna vale más que cualquier derecho a la propiedad. Hasta entonces, seguiremos luchando.

Ver más: http://santafeciudadinundada.blogspot.com.ar/

Proyecto Revuelta

Contacto:
Anahí Acebal 0342-155257709
Camila Blanc 03447-15453100
Daniela Montagnini 0342-156336943
Guillermina Barukel 0342-155214539
Gacetilla de prensa

La vuelta del Paraguayo

El “Plan de Contingencia ante Emergencias Hídricas” de la ciudad es una farsa.

Proyecto Revuelta corroboro una vez mas la utilización política de la declaración de la Emergencia Hídrica por parte del municipio santafesino. Expresando que, “Desde la declaración de la emergencia hídrica, la intervención municipal ha sido –siendo generosos- precaria. Ni bien declarada la emergencia se comenzó un alteo del camino principal del barrio, consistente en la descarga de material, compuesto por una mezcla de tierra, escombros y basura sobre algunos sectores del camino sin ningún tipo de inspección por personal idóneo; un alteo de las defensas con tierra suelta que el agua se iba llevando a medida que crecía su nivel; y la construcción de algunos módulos del otro lado del riacho, los mismos del año pasado, los mismos cubículos de madera terciada de 2x3 que dan en llamar “módulos habitacionales”, que de habitables tienen poco."

En un comunicado escrito hoy luego de los tristes días que venimos atravesando junto con los vecinos del barrio dejamos en claro que, "Los reclamos de obras para la Vuelta del Paraguayo ya han cruzado generaciones. Desde la última inundación hasta hoy ha pasado ya casi un año. Desde la declaración de la emergencia hídrica hasta hoy ha pasado ya más de un mes. El gobierno municipal decidió no hacer obras preventivas hasta el día en que “ya no se podía hacer más nada”."

En la nota, señalamos que es el Estado Municipal quien no previene y el que improvisa en el momento de la crecida, "La improvisación con que se ha manejado el gobierno municipal en estos días deja en claro que a las palabras lindas se las lleva el viento… o el agua en este caso. Hoy las casas tienen agua y estas familias tal vez deban dormir a la intemperie esperando un lugar de evacuación, en una noche de julio donde es probable que llueva."

Comunicado de prensa
Ciudad de Santa Fe, 5 de agosto de 2014.

Las verdades soterradas detrás del discurso oficial sobre “las zonas de riesgo”

“La pregunta no es entonces por qué no queremos abandonar nuestro barrio, sino por qué el Gobierno insiste en desalojar a las personas que habitamos este territorio (…).

La discusión termina centrada en lo que parece ser un capricho de no querer trasladarnos a una zona no inundable. Tal capricho no existe.

No es un capricho que no queramos alejarnos de nuestra fuente de trabajo, no es un capricho que no queramos irnos del barrio en el que viven nuestras familias hace más de 70 años, no es un capricho que no queramos irnos del lugar donde trabajamos la tierra, no es un capricho que queramos quedarnos en donde construimos nuestra cultura y nuestra forma de vida, no es un capricho que luchemos por nuestra identidad y nuestra historia.”

Fragmento del primer “Basta Ya”, Proyecto ReVuelta – acto 29 de abril, 2011.

Ante los imponentes titulares que anuncian “La Vuelta del Paraguayo: buscan reubicar a quienes viven en zonas inundables”, y las desafortunadas declaraciones realizadas por el intendente de la ciudad de Santa Fe que dice que “hay que asumir que nuestro trabajo como ciudad es ir reduciendo la gente que vive en zonas vulnerables” (El Litoral. 17-07-2014), nos volvemos a preguntar ¿por qué el gobierno insiste en desalojar a las personas que habitamos determinados territorios y qué es lo que se esconde detrás del discurso que los etiqueta como “zonas de riesgo”?


Estas declaraciones implantan en el sentido común santafesino la idea de que la única alternativa posible es el traslado de las familias y traspasa las responsabilidades del gobierno a las familias que resisten y defienden el lugar donde desde hace casi un siglo producen sus vidas.

En este contexto, la inundación se convierte en oportunidad, en un instrumento que el gobierno, representando los intereses del capital especulativo, sabe aprovechar.

La inundación se viste de “emergencia”, alarmando a los vecinos que viven en zonas bajas, recordando que “están en riesgo”. La inundación se viste de desidia puesto que desde hace años el gobierno no se hace presente sino cuando el agua crece y es necesario paliar la coyuntura. Y que desde declarada la “emergencia”, el gobierno municipal no realizó las obras mínimas necesarias (como refuerzo de defensas y alteo de caminos) para paliar la crecida sino que empezó a actuar cuando la inundación fue inminente.

También la inundación se viste de violencia. Violencia simbólica, al no permitir la autodeterminación y autogestión de quienes la padecen, bajo la implementación de “planes de contingencia”, “protocolos” que imponen “órdenes de arriba”, donde la voz y voluntad de los afectados no sólo no se tiene en cuenta sino que es reprimida.

Violencia explícita, con la implantación de un régimen de control sobre la zona de evacuación que los hacina, encierra, excluye, haciéndolos sujetos de una humillación y una violencia institucional no sólo injustificada – ¿lo es alguna vez? – sino también reprobable desde donde se la mire, haciendo parecer que el hecho de ser “inundado”, “evacuado” habilita la vulneración de todos los derechos de las personas.

Desde Proyecto ReVuelta, creemos necesario alzar nuestras voces una vez más y recordar que la crecida de las aguas es un fenómeno natural, pero la inundación la produce el hombre. La situación a la que la Vuelta del Paraguayo, y otros barrios de la zona costera, son sometidos cada vez que el río sube es una decisión política. Y es decisión política que ciertos territorios se sigan inundando o dejen de hacerlo. Por tanto, la situación de “riesgo” en la que nos encontramos es producto de la decisión de sucesivos gobiernos que eligen accionar para no cambiarla. Y la relocalización es una alternativa que no contempla los deseos y necesidades de quienes los habitamos, sino los grandes intereses inmobiliarios de determinados grupos empresariales y de un gobierno cómplice y funcional a los mismos.

Estamos convencidos de que es posible convivir con el agua y hace ya varios años venimos trabajando en proyectos que lo demuestran.

Creemos necesario hacer escuchar las voces de aquellos que no conciben a la relocalización como una alternativa, como solución definitiva. Sabemos que pueden realizarse obras que nos permitan seguir desarrollando nuestras vidas en el territorio que elegimos. Y lucharemos por ello, moleste a quien moleste.


Basta Ya de Inundarnos. Basta Ya de Desalojos.

Obras para la convivencia con el río.

¡La Vuelta Resiste!


1er ENCUENTRO DE LA COSTA Y SU GENTE

Lugar: Vecinal de Colastiné Sur

Taller de Difusión y Discusión
1) TRABAJO AUDIOVISUAL: “Colastiné Sur no se negocia”
2) VUELTA DEL PARAGUAYO: “Proyecto revuelta” (Video Problemática de la Tierra + Experiencia de talleres de Obras en el barrio)
3) CENTRO DE ESTUDIOS Y ACCIÓN POPULAR: documental “Puerto de aguas turbias. Historia y perspectivas del Puerto de Santa Fe”

Comisiones para crear conciencia y estrategias de Acción
EJES:
1- Reconstrucción histórica – memoria – forma de vida
2- Modelo de ciudad: ¿para quienes?
3- Servicios y obras públicas con trato diferencial

• Comidas caceras - tradicionales
• Productos regionales - artesanales
• Permacultura costera: plantas que alimentan y sanan - frutas y verduras del patio
El denominado “predio” para evacuados de la Vuelta del Paraguayo dio otro giro a la derecha

Para la tarde del miércoles el conjunto de los denominados “módulos habitacionales” se convirtió en un gueto. Un gueto con alambrado en su alrededor y custodios, con una mujer policía que tomaba nombres de quienes no cargaban con la etiqueta de “inundados”, con un Coordinador de Seguridad que decía llamarse Mario Martínez. Emppleado de la seguridad privada del poder público (por contradictorio que suene) que con cara de inocente emana la soberbia que empapa a los que se sienten poderosos y se creen impunes.

Revueltos y vecinos nos encontrábamos organizando una olla popular, para comer algo calentito y todos juntos, para sobrellevar el día gris y la llovizna. Para mantenernos todos unidos en la lucha contra la desidia municipal.

Y estábamos con el arroz, las papas, los pimientos y las ollas que nos prestaron las mujeres del barrio que trabajan en el comedor, cuando el “protocolo” nos tumbó el guiso.

“Disposición municipal” y “Protocolo”: las frases vedette de la emergencia hídrica. Completamente vacías de sentido.

“¿Qué querés que me venga con todas las ordenanzas abajo del brazo?” Dice el Coordinador de Seguridad. “Que al menos sepas de qué se tratan estaría bueno” responde una compañera. “Recibo órdenes de arriba” y esta es una de las frases célebres de Mario

Un abogado amigo intentó razonar y entender cuál era el motivo de por qué los chicos de Proyecto Revuelta no podía estar acompañando a la gente de la Vuelta del Paraguayo, cocinando y compartiendo un guiso ¿y adivinen qué?: protocolo, disposición municipal, órdenes.

Ante esta situación cuál eran las opciones: “o se van por las buenas o se van por la malas”. La opción venía en combo con un grupo de policías y personal patotero de la municipalidad. “Vamos chicos, nosotros también estamos cansado, dice la rubia con chaleco antibalas”

Y ahí seguimos resistiendo detrás del alambrado, sale olorcito rico a guiso que dentro de un rato se va a repartir. A los policías que nos escoltaron del otro lado del gueto se les hace agua la boca.


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